Jesús sanó enfermos, dio vista a los ciegos, curó a los leprosos, e incluso resucitó a los muertos. Pero todos aquellos a quienes él ayudó iban, tarde o temprano, a morir, ¿verdad? Entonces, a la larga, hizo más que atender sus necesidades inmediatas. Sí, él atendía a los que sufrían, pero luego les ordenaba: Sígueme. Y esa es la razón por la que nosotros también debemos atender las necesidades de los que sufren, y luego pedirles que sigan a Jesús.
Información
Edición PDF - Tamaño 7.12 Mb