Un hombre maneja a gran velocidad y un policía le echa el alto. El policía ve que está arrepentido y paga su multa.
El hombre volverá a conducir a gran velocidad por el mismo trama sin respetar además, otras leyes de tráfico. Obra inspirada en la siguiente predicación.
PERSONAJES
GUARDIA
HOMBRE
(Se escucha el ruido de un coche que va a gran velocidad. De repente, se escucha que frena de golpe. Sale a escena un policía con una señal de stop en su mano. El hombre escenifica que va en un coche y para delante del guardia.)
GUARDIA. (Con la señal de stop en la mano y con un pito manda parar al coche. Como si llamara a su ventanilla imaginaria.) Baje la ventanilla, por favor.
HOMBRE. (Baja la ventanilla.)
GUARDIA. Documentación.
HOMBRE. (Le pasa unos papeles imaginarios, de la guantera del coche.)
GUARDIA. (Revisa la documentación.) ¿Señor Kallaghan?
HOMBRE. ¿Sí?
GUARDIA. ¿Sabe a qué velocidad estaba manejando?
HOMBRE. (Con total sinceridad.) No, no me he fijado.
GUARDIA. Estaba conduciendo a 100Km/hora cuando sólo se puede ir a 50.
HOMBRE. Vaya… no lo sabía.
GUARDIA. ¿Se da cuenta de que a esa velocidad en esta zona podría haber causado un accidente? Podría haber salido un peatón o haberse topado con otro vehículo más lento…
HOMBRE. ¡Uy, disculpe! Tiene usted razón… He sido un inconsciente…
GUARDIA. Pues tengo que ponerle una multa.
HOMBRE. ¿Y no habría forma de evitarlo? Salía del trabajo muy cansado y sólo quería llegar a casa cuanto antes.
GUARDIA. Ya, pero usted ha infringido la ley esa multa hay que pagarla.
HOMBRE. ¿Y no podríamos pasarlo por esta vez? De verdad que no tenía intención de hacer mal, ni de causar un accidente.
GUARDIA. (Devolviéndole la documentación.) ¿Está usted arrepentido?
HOMBRE. (Sintiéndolo.) Mucho, créaselo.
GUARDIA. No, si no dudo de sus intenciones; se ve que usted está arrepentido. ¿Sabe lo que le digo? Que no se preocupe, yo pagaré esa multa por usted.
HOMBRE. Pero, ¿cómo así? ¿De veras?
GUARDIA. De veras. Márchese y no vuelva a correr por esta zona como lo ha hecho.
HOMBRE. ¡Gracias, muchísimas gracias!
(Se apagan las luces y se escucha la voz de hombre.)
HOMBRE. ¡Qué bien! ¡En esta zona hay un guardia de tráfico muy majo!
(Se encienden las luces.)
(Se escuchan los ruidos de un coche que va a gran velocidad y como al principio se escucha un frenazo. El guardia sale para darle el alta al coche.)
GUARDIA. (Se aproxima al coche y toca en la ventanilla.) Los documentos, por favor.
HOMBRE. (Le da los documentos de la guantera imaginaria del coche.)
GUARDIA. (Revisa la documentación.) Señor Kallaghan. (Mira la documentación de nuevo y se fija mejor en la cara del conductor.) ¿Es usted el mismo señor que paré yo hace unos días?
HOMBRE. (Con una sonrisa de oreja a oreja.) ¡El mismo!
GUARDIA. ¿Y no le pagué yo una multa por ir al doble de velocidad permitida?
HOMBRE. ¡Sí!
GUARDIA. ¿Y no ha aprendido nadad?
HOMBRE. ¡Sí! Que usted siempre paga…
GUARDIA. Pues esta vez. No sólo manejaba a 100 por hora otra vez sino que se ha saltado un stop, ha adelantado en línea continua, (fijándose en el interior del auto) no lleva puesto el cinturón de seguridad, además tiene un faro roto…
HOMBRE. Vale, vale, no siga que me está mareando… ¿No cree que se está pasando un poco con las leyes de tráfico?
GUARDIA. Creo que el que se las ha pasado todas es usted. No se da cuenta de la gravedad del asunto porque no entiende que las leyes de tráfico están para guardar su propia vida y la de los demás conductores y peatones. (Escribiendo en un cuadernillo.) Esta es la multa por lo que acaba de hacer hoy y aquí tiene otra por la cantidad del otro día. ¡Buenas tardes!